Estimados Calceatenses,
Todavía queda en nuestra memoria y, especialmente, en nuestro corazón el Año Jubilar recientemente clausurado con motivo del mil cumpleaños del nacimiento del Santo. Hemos vivido emociones fuertes: ver sus restos, decorar su cripta, hacerle una arqueta, abrir la Puerta Santa, celebrar la apertura y la clausura y durante casi nueve meses tener una agenda increíble de actos religiosos, civiles, culturales y lúdicos. A buen seguro que el Santo, como nosotros, ha disfrutado de lo lindo. ¡Qué maravillosa experiencia!
Hacemos memoria de lo pasado para crecer en el presente y proyectarnos hacia el futuro. Hemos comenzado un nuevo milenio y de nuestra parte está continuar la memoria de nuestro Santo. Él tiene que seguir vivo en medio de nosotros. El legado que nos dejó es muy grande y nos invita a saberlo acoger y aumentar.
Estamos llamados a vivir la santidad y la caridad. La cripta del P. Marko Rupnik así nos lo indica: entramos a la Iglesia por el Bautismo que nos hace hijos de Dios; se nos tiene que conocer por la fe y las obras; tenemos que entregarnos a ejemplo de María que nos da a su Hijo y de los Reyes Magos que ofrecen al Señor sus dones; y para llegar al cielo, a la Jerusalén Celestial donde está el Cordero, María, San Juan Bautista y todos los Santos, entre ellos Santo Domingo de la Calzada, no nos queda más remedio que morir como el grano de trigo para dar fruto. En la arqueta tenemos los restos nuestro Santo, lo que queda del grano muerto en la tierra, y el fruto somos todos los Calceatenses, todos los cristianos que peregrinamos en este mundo.
Morir a nosotros mismos, dar fruto, es la clave de nuestra santidad. La caridad, la entrega a los demás, especialmente a los más necesitados, es el legado que hemos recibido de nuestro Santo y que se convierte en compromiso para todos nosotros que queremos seguir su estilo de Santidad para encontrarnos con Dios.
Que pasemos todos unos felices días de fiestas y que sigamos transmitiendo a los más jóvenes nuestra fe en Cristo y nuestro amor al Santo.
Francisco José Suárez Calvo.
Abad de la Cofradía del Santo.